lunes, noviembre 16, 2009

Amazing Spiderman 600




Cada día estoy más seguro de que la vida, nuestra vida, la rigen sólo dos parámetros: los pequeños detalles y las grandes portadas.

Cada día estoy más seguro de que en esta vida no existen buenas o malas formas de hacer las cosas, existen sólo buenos o malos momentos de hacerlas.

Caminaba por esa isla maravillosa llamada Manhattan, con mi chica de la mano (el monumento más bonito que vi en Nueva York fue ella), impresionado por Times Square y mirando a todos lados, a todos las pantallas luminosas y los efectos de neón. Hacía como el que miraba los edificios pero realmente miraba entre ellos intentado encontrar al one-more-dayzado Spiderman. Y lo vi... pero no paseando en red, sino casi a ras de suelo, el plena séptima avenida, en una tienda de cómics llamada Midtown Cómics. Entré en ella, claro, y me compré una camiseta arácnida que otro día te enseñaré.

Subí las escaleras un tanto empinadas y entré en el templo... vi cientos de cómics como nunca había visto, y de repente vi el Amazing Spiderman 599. Saboreé mi alterado corazón, que me latía en la garganta, excitado ante la posibilidad de encontrar el 600 justo en mi visita a Nueva York. Y allí estaba, esperándome, reposando en dos baldas de una estantería, lanzándome una tela de araña para que lo cogiera, para mancharme con su tinta negra arácnida las yemas de mis dedos.

Lo cogí y lo compré y me puse a leerlo. No entendía algunas cosas, porque voy leyendo por la edición española, pero daba igual, me limitaba a saborear, como si de mi corazón alterado se tratase, los pequeños detalles y la gran portada. Está claro que no es una buena forma de leerlo porque leo la edición española, pero sí un buen momento para hacerlo. El mejor momento, rodeado de los edificios por los que galopa Spiderman y a escasos metros del maldito puente de Brooklyn y con mi chica al lado, cámara de fotos en mano, para inmortalizar este momento. Porque en esta vida, cada día estoy más seguro, no hay buenas ni malas formas de hacer las cosas. Hay buenos y malos momentos.

La vida la rigen los pequeños detalles, es algo que cada día en lo que creo más. Como debe pensar Slott, que cuenta para este 600 una historia plagada de pequeños detalles, de finos recovecos para sumergirte en la vasta historia arácnida. Algo que debe creer también Romita Jr. que plaga de pequeños detalles un cómic que sólo podía hacer alguien apedillado Romita. Por la calidad del dibujo y por lo romántico. Por lo estilizado. Porque Spiderman es como el hermano mayor de Romita. Por Daredevil, que es como el hermano pequeño. Y, sobre todo, por esa última página (que no hay spoiler suficientes que pudieran taparla en este blog) que abre la puerta a muchas más páginas, abre las puertas a ríos de tinta arácnida que mancharán mis yemas. Sobre todo por esa última página que sólo podía dibujar alguien apedillado Romita.

La vida la rigen las grandes portadas, no me refiero exclusivamente a las de cómics, sino a las mediáticas en general. Y este número 600, ah, tiene dos grandes portadas: una de Romita Jr. y otra de Alex Ross. El día que estuve en la tienda, sólo tenían la de Romita Jr. y fue la que me compré, claro.

Pero tiene una tercera portada. Una maravillosa tercera portada dibujada por el maestro Romita Sr. con la que demuestra que todavía tiene magia, que aún guarda algunos trucos en su lápiz. Al verla, no exagero, se me puso la piel de gallina quitándome el corazón de la garganta. Fíjate en la portada, la he puesto abajo, ¿no sientes lo mismo? ¡Es Harry, el que yo recuerdo! ¡Es Norman! Oh, Dios, es Mary Jane...

John Romita Sr. ha conseguido que quiera volver a Nueva York sólo para comprar en Midtown comics el número 600 con su portada.


viernes, noviembre 13, 2009

Entrevista con Manuel Cuesta





Manuel Cuesta vino a la entrevista de Peter Parker, con velocidad y agilidad arácnidas y regalos... Tuvo el detalle de regalarme una bandolera de la vida secreta de Peter Parker y sus dos primeros trabajos.

Fue una suerte compartir con él unas cervezas y esta maravillosa entrevista en la que Manuel Cuesta nos cuenta un poquito más de su vida secreta de Peter Parker.


Manuel Cuesta

"La música es lo que me saca de mi tristeza y de mi soledad"


Salva: Buenas tardes, Manuel, muchas gracias por estar aquí y acompañarnos con estas cervezas y estas palabras.

Manuel: Muchas gracias a ti por invitarme.

Salva: He escuchado tu último disco, un disco musicalmente muy bueno y que llama la atención el título: “La vida secreta de Peter Parker”. Peter Parker es un ídolo de la adolescencia de mucha gente. ¿Qué nos cuentas con este disco? ¿Qué nos quieres decir con Peter Parker?

Manuel: Lo que quiero decir básicamente es que hoy en día hay mucha gente que lleva muchas dobles vidas y, en primer lugar, a lo que hace referencia es a lo que estos días cuesta tanto trabajo compaginar una vida laboral, una vida de padre, una vida de obligaciones laborales con la vida de música y me recordaba mucho a mis referencias del cómic, a la vida de Peter Parker, el que tenía que compaginar la vida de estudiante, atolondrado, de tener problemas económicos, de trabajar en el Daily Bugle con la de superhéroe nada más y nada menos. Y a eso es a lo que hace referencia. Yo no soy un superhéroe ni mucho menos, pero…

Salva: Discrepo (risas)

Manuel: (risas) … pero sí que es verdad que es complicado y difícil llevar vidas tan distintas en estos tiempos que corren.

Salva: ¿Cómo descubres la música, cómo llegan a tu vida las notas musicales?

Manuel: Esto lo digo siempre, la música llega por mis padres y los dos, afortunadamente, siempre han sido grandes amantes de la música. Y las referencias musicales primeras han salido de los viejos discos que ellos han comprado desde que yo era muy niño: discos de Serrat, Joaquín Sabina, de Jack Brel, de Leonard Cohen, de Joan Baez, de Pablo Milanés… Ya de adolescente me fui interesando por la música con la que sentía identificado: Antonio Vega, Los Secretos, Duncan Dhu, Revólver… Pero sobre todo mis profesores de solfeo, con los que aprendí a tocar la guitarra, fueron los Beatles. Recuerdo que al poco de tener mi guitarra un amigo me regaló muchas fotocopias de canciones de los Beatles y la primera canción que aprendí a tocar fue: “All I've got to do” que era el segundo corte del disco: “With the Beatles” y que aún me sigue pareciendo una balada maravillosa del chico que está deseando escuchar la voz de su chica, de llamarla por teléfono… la temática no puede ser más inocente pero me parece una canción preciosa.

Salva: ¿La guitarra es tu instrumento musical fetiche?

Manuel: Sí, porque además es el único instrumento que más o menos domino para tocar en directo en un concierto.

Salva: Discrepo de nuevo, porque a mí me emocionaste tocando la armónica. Estuviste impresionante.

Manuel: Lo que ocurre es que la armónica es un instrumento que tardé menos en aprender a tocar y que lo pasé mejor aprendiendo a tocar la armónica que la guitarra, ya que con la guitarra se sufre bastante, sobre todo al principio.

Salva: Hablábamos antes de qué quieres decir con Peter Parker, pero, ¿qué te callas con Peter Parker?

Manuel: Me callo muchas canciones de amor y este disco, probablemente, sea el que menos canciones de amor tenga. Un precio a pagar por hablar lo de lo que hablo en este disco. Yo quería hablar sobre todo de que en estos tiempos en los que vivimos en el que hay pocos héroes reales. Tuvimos muchas figuras y héroes en el siglo XX, políticos y gente que significó mucho para las ideas como Malcom X o el Ché Guevara, pero en este siglo no teníamos héroes y quise hablar y rememorar los héroes de mi infancia y contarlo: desde Batman, Spiderman hasta la Historia Interminable.

Salva: Nos hablas de los héroes, ¿pero crees que hay parte de villano en tu disco?

Manuel: Puede ser, porque los villanos también dan mucho para hablar.

Salva: ¿Cuál consideras el villano por excelencia de Spiderman y Peter Parker?

Manuel: El que más daño ha podido hacerle a Peter Parker, para mí, ha sido el Duende Verde, Norman Osborn.

Salva: ¿Qué hay de Norman Osborn en tu disco?

Manuel: Quizá la parte que menos se parece a mí, porque en este disco hay canciones en las que yo soy menos yo y en otras con las que me siento identificado. En cualquier caso no hay ningún tipo de maldad en el disco, se habla hasta bien de los villanos. Creo que los villanos son el otro lado del espejo como se decía en Alicia en el País de las Maravillas.

Salva: ¿No hay cierta maldad en Chelsea Hotel?

Manuel: Pues sí la hay, sí, ahora que lo dices. Quizá Jennis Joplin es la villana de la historia y Leonard Cohen de la canción porque esas cosas, como le dijo su madre una vez, un caballero no debe de contarlas y menos en una canción. El desvelar ese secreto de alcoba al público lo convierte en villano. Lo que hablamos de los villanos me recuerda mucho a la película: “El protegido”, me recuerda mucho a que el héroe y el Némesis se buscan para entenderse, al cabo, el uno al otro. Es decir, si uno es tan malo o la naturaleza se ha portado tan mal con él creo que habrá siempre un contrario en alguna parte al que le haya pasado lo opuesto, al que la naturaleza le haya dado los dones positivos, los poderes y la capacidad de vencer. Sabes que soy un enganchado a las series de televisión norteamericanas y creo que un personaje que crea un debate moral enorme es Dexter, que está basado en una novela de Jeff Lindsay que se llama El Oscuro Pasajero. Cuando se lleva dos o tres temporadas de esta serie, ya no odias a Dexter. Al principio ves que es un tipo que se toma la justicia por su mano, que es un psicópata que se dedica a matar según un criterio de selección porque tuvo en su infancia su padre le enseñó a seguir un código moral y de conducta. De no ser por él, quizá no hubiese enfocado esa maldad hacia asesinos sino hacia inocentes. Al final el personaje nos termina atrapando y terminamos entendiéndolo y poniéndolos en su piel y no queremos que a Dexter lo atrape la policía, porque además es un tipo ejemplar, que trabaja muy bien, que adora a su mujer, es un padre de familia ejemplar… Creo que también hay mucho de Dexter en este disco porque Dexter tiene una vida secreta de Peter Parker. Y a Dexter le encantaría desvelar esa vida secreta aunque vive en completa soledad.

Salva: Me hablabas antes de cómo descubriste la música, pero me gustaría que me hablases que cuándo la música te descubrió a ti, ¿en qué momento pensaste que Manuel Cuesta es un cantautor, es alguien en la música?

Manuel: Nunca me he creído alguien en la música, pero sí recuerdo el día, el local, el momento, en el que sublimé la idea y el concepto de ser cantautor o solista y dejar las bandas que tenía en aquel momento precisamente por el problema de juntarte con otros músicos y formar un grupo en el que hacer versiones o canciones juntos. Así que cuando me encontré con un repertorio más o menos decente y presentable de canciones, las presenté en un local del centro de Sevilla que se llama Café Clichy y creo que fueron 12 ó 14 canciones de un concierto maravilloso. Uno de mis mejores amigos fue el que me animó a que lo hiciera. Ese fue el momento en el que la música me descubrió a mí como cantautor y a partir de ahí vino mi temporada en la Carbonería, mi comienzo como una nueva etapa como autor.

Salva: ¿Qué compones primero, la letra de tus canciones o la trama de tu vida?

Manuel: Creo que para componer lo que hago primero es vivir y experimentar, porque si no, no tengo nada que contar. Y experimentar no es sólo salir, conocer a gente, vivir experiencias… necesito ver películas, leer, hablar con gente, escuchar… Y de todo ese compendio siempre saco alguna idea de la que quizá después escribo la letra o la música me inspira a escribir una historia de las que he vivido.

Salva: Cuando escribes una canción, ¿te fluye como un relámpago?

Manuel: Sí, la mayoría salen como un relámpago basándome en una experiencia previa. Casi todas muy desgarradoras, muy basadas en las malas experiencias, en el desamor… esas salen todas como si fuesen una cascada o una explosión.

Salva: ¿El mejor estado de un compositor para componer es el desamor?

Manuel: El estado de gracia de un compositor es no ser feliz. No sé si tremendamente triste, pero desde luego siendo feliz uno no consigue trascender como compositor. Las canciones que más nos gustan casi nunca son canciones felices. Decía Elliot Smith que debe de haber algo de tristeza en las canciones si queremos que la verdad, la belleza y la felicidad que reside en ellas de verdad importe.

Salva: ¿Qué tipo de música escucha un músico como tú?

Manuel: Me da por rachas, lo que más escucho últimamente sobre todo es a Damien Rice, a Glen Hansard, al grupo The Frames, a Quique González. Especialmente estoy metido con un disco de The Frames que se llama el Baile del diablo y que me tiene loco.

Salva: Una pregunta muy importante, ya que tú eres Peter Parker, ¿con quién te quedas con Mary Jane o con Gwen Stacy?

Manuel: Me quedo siempre con Mary Jane.

Salva: ¿Por qué?

Manuel: Porque me encantaría que una mujer, al menos una vez, saliese de su alma y del fondo de su corazón llamarme Tigre.

Salva: Gwen nunca llamó Tigre a Peter Parker. Y MJ el día que lo conoció.

Manuel: Es que a los héroes, dependiendo de quién los llame los llama de una forma y dejando de lado un momento a Peter Parker y poniendo como ejemplo a James Bond. Los enemigos de James Bond siempre lo llaman señor Bond. En nuestro trabajo la gente siempre nos llama de una manera. James Bond va a su trabajo y lo llaman 007 pero cuando está en la cama con una piba, siempre lo llaman James. Entonces, Gwen llamaba a Peter Parker, Peter, Pete… pero MJ era la única y la primera que le decía Tigre.

Salva: ¿La música es tu pregunta o tu respuesta?

Manuel: La música es mi terapia, quizá tiene más que ver con las preguntas, pero algunas veces también me da muchas respuestas. La música es lo que me saca de mi tristeza y de mi soledad.

Salva: ¿Es la música una buena amante además de una buena terapeuta?

Manuel: Sí, aunque la música algunas veces es una hija de puta, una despechada, una traicionera, una infiel… La música me ha dado, igual que algunas amantes, noches de lujuria y también noches de completa soledad. De hecho hay conciertos en los que te puedes ver, guitarra en mano, rodeado de gente y noches en las que tocas para 2 ó 3. Pero, como dice Luis Quintana, que siempre para ser un buen músico hay que tocar con la misma intensidad para 6 que para 600.

Salva: Aunque ya está casi contestada, ¿Beatles o Rolling?

Manuel: Nunca me he sentido identificado con los Rolling, ni con Mick Jagger, ni con Kit Richards ni con su filosofía. Me parece que la verdadera revolución en el mundo de la música la hicieron los Beatles y evidentemente no hay ninguna banda que no haya tenido un líder tan carismático como John Lennon. Eso son palabras mayores. A mí me dices Mick Jagger y no me infunde ninguna filosofía aparte de la creatividad, el espectáculo que dan en directo. No tengo nada en contra ni de los Rolling Stone ni de sus seguidores a los que respeto muchísimo, pero Lennon y McCartney formaron un tándem genial que no es equiparable a nada.

Salva: La guitarra tiene esa forma sinuosa de cuerpo de mujer, ¿es al tacto también como el cuerpo de una mujer?

Manuel: No, no, por desgracia no. El tacto de una guitarra alivia muchos desamores pero no es comparable. Ya quisiéramos nosotros.

Salva: ¿Qué tipo de literatura lees?

Manuel: Me gusta sobre todo la novela y la poesía.

Salva: ¿Qué autores?

Manuel: Empezando por la poesía, vengo sobre todo de la corriente de Antonio Machado, de Neruda, de Juan Ramón Jiménez, de Salinas, Mario Benedetti… y me sentiría traicionero si no hablase de gente a la que conozco y a la que admiro como el señor Azaústre, Rodolfo Serrano y García Montero, que son grandes poetas.

Salva: ¿Conoces a García Montero?

Manuel: Tuve la suerte de que García Montero me impartiese un curso universitario de verano en El Escorial en el que él era el director. En ese curso estaban su mujer, Almudena Grandes, Felipe Benítez Reyes, Mario Benedetti… En definitiva, una serie de escritores que hablaban de cómo escribir novela y poesía. El fin de fiesta iba a ser Joaquín Sabina, pero en aquel momento el pobrecito pasaba una depresión y no acudió. Pero le pude estrechar la mano a Benedetti y regalarle una de mis maquetas titulada: “De amores y utopías” y que en la portada salía una Mafalda dibujada por mí y yo dibujado como una caricatura de Quino tocándole la guitarra a Mafalda.

Salva: ¿Crees que la literatura tiene música?

Manuel: Creo que se pueden escribir verdades canciones basadas en obras literarias.

Salva: ¿Y al revés?

Manuel: Escribir una novela a partir de una canción lo veo más complicado pero no imposible, aunque me veo más hacedor de lo primero que de lo segundo, de hacer una canción a raíz de una novela o un relato. Desde luego es más común.

Salva: ¿Eres un buen amante del cine?

Manuel: Soy un amante total del cine.

Salva: ¿Y qué cine amas?

Manuel: No me decanto por géneros porque en todos los géneros tengo mis películas fetiche, ya sea drama, westerns, drama o ciencia ficción. Desde el cine clásico al cine actual tengo mis películas favoritas. De hecho, una vez hice mi listado de grandes películas.

Salva: ¿Qué película estaba en primer lugar de esa lista?

Manuel: Casablanca.

Salva: No hago planes con tanta antelación… (risas)

Manuel: (risas) A mí una parte que me gusta de Casablanca es cuando el inspector le dice a Rick que le hable de él y de por qué vino a Casablanca y Rick le dijo que vino por las aguas, el inspector le dice pero si hay no hay mar ni agua ni nada, estamos en el desierto. A lo que dice Rick… es que me informaron mal. O cuando le dice el coronel Nazi, bueno, ya veo que usted se llama Rick Blaine, que vive en Nueva York, que tiene los ojos marrones pero, ¿cuál es su profesión, señor Rick? Y dice él: “Borracho”. Creo que Casablanca tiene los mejores diálogos de la historia del cine.

Salva: ¿Qué sería de la vida sin Casablanca?

Manuel: Creo que la mayoría de las historias de amor se resumen en el final de Casablanca y es que el amor es sacrificio y el mejor gesto de sacrificio que tiene el amor es dejar marchar a una mujer. O el final de Memorias de África, que también estaba en mi lista de 50 mejores películas.

Salva: ¿Qué sería de nosotros sin Regreso al Futuro?

Manuel: Sobre todo de mí, qué sería de mí. Yo vi Regreso al Futuro en el cine. Tuve la suerte de que en la navidad de 1985 mi tío Valentín, que por aquel entonces estaba de noviete de mi tía, nos llevó al cine Emperador de Sevilla, que ya no existe. Eso para en niño es una cosa que marcaría su vida para siempre. Y cuando vi subido en el escenario a Michael J. Fox sentí que yo iba a dedicar a la música, no me cabe la menor duda. Regreso al futuro tenía parte de la maravillosa música de Allan Silvestri, tenía a Huey Louis and The News… aprovecha dos épocas diferentes, la época ochentena del rock y la época de los años 50.

Salva: Hay dos tipos de personas, los que se cogen a Ken y los que se cogen a Ryu, ¿a quién te cogías tú?

Manuel: Me cogía a Ryu pero era por un tema capilar porque me recordaba mucho a Koji Kabuto.

Salva: ¡Planeador abajo! Ryu también era clavado a Seiya.

Manuel: ¡Efectivamente! Realmente creo que Ryu era el Pokemon, la evolución de Seiya y Koji Kabuto.

Salva: ¿Dónde miras cuando cantas en un concierto?

Manuel: Depende de si hay focos o no hay focos. Si hay focos realmente estás cegado la mitad del concierto y no puedes mirar. Aunque eso también ayuda a quitarte la vergüenza y creerte que estás en un limbo.

Salva: ¿Y sin focos?

Manuel: Yo siempre he sido de mirar a mi chica cuando ha venido a los conciertos.

Salva: ¿Recuerdas tu primera canción?

Manuel: Prefiero olvidarla, de hecho la he olvidado. De la que nunca me olvido es de la última que he compuesto.

Salva: ¿Cuál es tu última canción?

Manuel: Se llama: “Amar a contraviento” y la tengo en mi i-pod grabada por mí a piano y voz y tendrá apenas dos meses de composición.

Salva: Hay una canción en tu disco que posiblemente sea la mejor canción, aunque no la que más me gusta, que se llama: “Teoría del Caos” en la que hay una frase que me gusta mucho: “No hay diálogo si no hay cobertura”, ¿crees que la dependencia del móvil nos ha atrofiado las cuerdas vocales y nos ha creado una especie de angustia que antes no teníamos?

Manuel: Totalmente, creo que el móvil ha creado una mala comunicación. Porque ahora mismo tú y yo estamos hablando aquí y si nos suena el teléfono a uno de los dos, por respeto o por educación no lo cogemos, pero nos pueden interrumpir esta conversación maravillosa con estas cañas, cosa que sería impensable cuando teníamos 15 años. Creo que lo que ha hecho realmente es distorsionar la comunicación entre la gente y que nos crea una dependencia muy fuerte. De hecho, cuando te quedas solo es un instrumento al que acudes para llamar a alguien.

Salva: De hecho, hemos quedado para esta entrevista a través del móvil.

Manuel: No rechazo el móvil ni su utilidad, pero vivimos en un tiempo en el que todavía no usamos con inteligencia ni con mesura el teléfono móvil. Creo que lo usamos con cierta adicción pero no con control.

Salva: ¿La falta de móvil nos crea ansiedad?

Manuel: Sí, ahora estamos completamente enganchados y somos adictos a él.

Salva: Ya has demostrado como músico que eres capaz de componer música, ¿crees que eres capaz de expresarte con otra vertiente creativa.

Manuel: No se me da mal dibujar, a ver si te enseño algunos dibujos míos.

Salva: De hecho, la caricatura de Mafalda de la portada de la maqueta que me hablaste la dibujaste tú.

Manuel: Sí, la dibujé yo y, bueno, antes de ser músico una de mis grandes aficiones era hacer cómics. Me divertía mucho coger mis cuadernos o mis blogs y ponerme a dibujar. Creo que hasta que tuve 20 años hacía mis viñetas y mis personajes. Y he regalado muchísimos cómics y dibujos que he hecho algunos por encargo y otros por cariño. Y de hecho, como decían en Alta Fidelidad, era uno de mis grandes trabajos de mi vida, como en “Persiguiendo a Amy” yendo de convección en convección de cómics.

Salva: Artísticamente y personalmente te conocí a través del señor Azaústre y por un grupo legendario llamado Dingo Bar.

Manuel: Imagino que Dingo Bar lo tendrás en tu discografía.

Salva: Llevo el disco en el coche, donde lo alterno con la vida secreta de Peter Parker. Ahora también lo alternaré otros.

Manuel: Ahora tienes para alternar con Días Rojos y El Sonido de lo Inevitable.

Salva: Hablando de El Sonido de lo Inevitable, ¿el título está relacionado con “Matrix”?

Manuel: Me encanta que me hagas esa pregunta. Oye eso, señor Anderson, es el sonido de lo inevitable… y de ahí viene el título. Una vez me lo preguntaron en una entrevista y tuve que explicarlo, aunque en esta lo has descubierto tú… has desenmascarado a Peter Parker (risas).

Salva: Es que soy un amante confeso y fiel de Matrix.

Manuel: Me pareció tan bonita esa respuesta que soltó el malo… el villano.

Salva: Volvemos al villano… siempre volvemos al villano.

Manuel: Es que es un gran villano el Agente Smith. Creo que las mejores frases siempre la dicen los villanos, ¿no crees?

Salva: Las mejores entradas son de los héroes y las mejores frases de los villanos.

Manuel: ¡Efectivamente!

Salva: Decía el doctor Octopus, volviendo a nuestro querido Peter, lo siguiente: “Has dado a mi vida una cierta continuidad. Un cierto desafío. Una cierta… inspiración. Te necesito, Parker, pero no a la Araña sombría y despiadada, sino al hombre que ha bailado conmigo al borde del precipicio a lo largo de todos estos años”.

Manuel: ¡Qué buena frase! Suena fenomenal. La verdad es que me estás desvelando muchas cosas del mundo de Spiderman que no conocía.

Salva: ¿Con quién te quedas, con Neo o con Smith?

Manuel: Con Smith, porque me decepcionó mucho el final de la trilogía de Matrix. La primer parte me encantó pero la tercera me decepcionó que Neo tuviese que pagar el pato para salvar la civilización. No me parece justo y menos con lo bien que arrancó la saga. Entiendo que la 2 y la 3 son esclavas de la industria. Matrix sola de por sí, con ese Neo volando y saliendo de la cabina telefónica era un final perfecto y redondo para una obra maestra del cine. Pero, sobre todo, me quedo con Trinity. Estoy locamente enamorado de Trinity. Hubo un tiempo en el que sólo veía Matrix por ver a Carrie-Ann Moss embutida en un traje de látex, eso me parece un acierto inconmensurable.

Salva: Noto la decadencia de Matrix en cuanto a partes se refiere en la decadencia de Morfeo, que es una piedra angular de la película.

Manuel: ¡Efectivamente! Lo terminan ninguneando en la segunda y en la tercera parte cuando Morfeo es el que le ha revelado la verdad. El que le hace cruzar al otro lado del espejo.

Salva: ¿Por qué Días Rojos?

Manuel: Días Rojos es un homenaje al mundo de la música, de la literatura y del cine a la vez. Hubo una chica, antes de que viera la película o leyese la novela de Truman Capote, que me contó que los días rojos eran aquellos días, según decía Audrey Hepburn en desayuno con diamantes, en los que uno se siente triste o desolado sin saber por qué, sin razón aparente. Yo no lo entendía muy bien pero me vi la película, me leí la novela de Capote y entendías que era la manera en la que la protagonista tenía irse a Tiffany’s a tomar un café delante de los escaparates de joyas para huir de la soledad, para huir de lo malo.

Salva: ¿Tu disco Días Rojos es para huir de lo malo?

Manuel: Digamos que el mensaje sería que lo que yo hago en esos días rojos es subirme a un escenario y cantar y lo que hay que buscar es la terapia o el camino o el instrumento para huir de esos días rojos.

Salva: Reconduciendo el tema, que nos hemos desviado con Matrix, ¿cómo nació Dingo Bar?

Manuel: Nace de una propuesta creativa por parte de nuestro amigo común Joaquín Pérez Azaústre, poeta, novelista, columnista, cinéfila y un hombre del renacimiento de los pies a la cabeza… En una época yo atravesaba de Peter Parker total porque compaginaba mis laboras de padre, trabajo, estudios, y no tenía tiempo de sentarme y ponerme a hacer canciones. Pasé la mayor etapa de sequía compositiva que yo he tenido. Me propuso crearnos un hábito, una costumbre, durante varias semanas de irme a su casa a hacernos un café, terminar de comer, agarrar una guitarra y una botella de vino y musicar poemas suyos o hacer canciones que surgieran. A veces surgía una canción, a veces dos, a veces ninguna… pero cuando nos dimos cuenta teníamos un disco hecho. Un disco de 12 canciones, 10 exclusivas de Joaquín y mías, que yo les puse música, y 2 mías antiguas que Joaquín quería que nosotros reinventásemos en el directo y son: “A esta primavera no hay quien la entienda” y “En la boca del lobo”. Me lo pasé muy bien porque además Joaquín quiso grabar y hacer unos cuantos conciertos. Lo recuerdo como una época estupenda y muy divertida al margen del concepto mío de cantautor.

Salva: “Deshaciendo las maletas”, que se incluye en tu último disco, también os la escuché en Dingo Bar, ¿esa canción nace en Dingo Bar?

Manuel: Creo que es la única canción que nace en la época de Dingo Bar porque fue la segunda canción del disco cuando yo estaba saliendo de esa sequía creativa. La primera canción del disco fue la nana que le dediqué a mi hija, Ana, porque es la canción más sencilla y más básica del CD y después salió deshaciendo las maletas.

Salva: Alejandro Sanz cuando tuvo a su hija Manuela le compuso una canción que se llama: “Y sólo se me ocurre amarte” pero no le parecía buena porque estaba en un estado de felicidad tal que no le salía otra cosa, ¿te ha pasado a ti lo mismo?

Manuel: No, para nada. La verdad es que cuando le escribí esa nana a mi hija sabía que no estaba haciendo una proeza ni una obra maestra pero para mí era la primera canción que le cantaba a mi hija, incluso antes de nacer. Estaba en el vientre de mi mujer y se me ocurrió, con la guitarra, cantarle algo y salió casi de seguido. Y en lugar de versionarle otras nanas, le hice esa nana que me recuerda mucho a una película de Tim Burton por el rollo gótico que tiene también la oscuridad, el viento los dragones… Pero a mí la canción me encanta.

Salva: ¿Cómo termina Dingo Bar?

Manuel: Casi perdemos la amistad Joaquín y yo precisamente porque Peter Parker llega a un punto tal de obligaciones y compromisos laborales y estudiantiles que no puede cumplir con el compromiso de ensayos, de objetivos que quería Joaquín. Y antes de romper la amistad preferimos romper musicalmente.

Salva: Terminamos aquí la entrevista muy bonita y muy entrañable, Manuel, muchas gracias por atenderme y por este buen rato.

Manuel: Una lástima que se acabe, me lo he pasado muy bien.

jueves, noviembre 12, 2009

Nocturna Ediciones.




Corren tiempos difíciles, donde el miedo se hace fuerte porque a veces cumple sus amenazas. Donde el dinero vale más que la palabra y la piedra y la pedrada vale más que la flor. Corren tiempos difíciles donde no quedan flores, sólo plantas carnívoras. Tiempos de noches tristes y lunas breves. De muecas mustias, de puños cerrados golpeando gente. Donde los truenos retumban sin relámpagos y se forman sombras sin luces. Donde la densa oscuridad de la noche no deja ver las estrellas ni los luceros.

Y de repente, nace una flor en un desierto, de debajo de las piedras, nace una editorial que se enfrenta al miedo y a los tiempos difíciles, que no teme las amenazas que a veces se cumplen. Que da a la palabra un papel y un lápiz para que se exprese y nos cuente historias. Nace Nocturna Ediciones para dibujar una luna llena en un cielo en el que empiezan a aparecer estrellas. Que convierte las muecas en sonrisas y que cierra los puños para golpear la mesa de la desidia que nos invade en estos tiempos. Nace Nocturna Ediciones para conseguir que una ráfaga de luz aspire a relámpago, para arropar con luz la noche perversa de estos tiempos.

Nocturna Ediciones nace tras vencer muchos pulsos y muchas tensiones, robándole un soplo de aire a una noche que Nocturna Ediciones intenta evitar que se apague.

Nocturna Ediciones nos da los libros que nos faltan, las historias que nos faltan. Como las de Juana Salabert y sus “Hijas de la ira”. Un libro que es un testimonio, una vivencia en unas hojas de papel y tinta pero también de sangre y de miserias y de superación y de fuerza. No dejes de leerlo, porque son historias que forman parte de nosotros.

Larga vida a esta editorial que nace, a fuerza de aliento, para devolvernos la manija y la cordura.

Daredevil: Cruel e Inusual (MK DD Vol II, 35-38 )




Sopla un aire mistral que dibuja en tu cara el pozo en el que estás hundido. El sabor amargo a sangre en tu boca vuelve a encender la mecha de tus puños. No sabes si la sangre es tuya por lo fuerte que estás apretando los dientes o si es de los tipos a los que estás dándoles una paliza. El olor a miedo y retirada de estos tipos cuando Cage te det¡ene te reinventa y carga de nuevo de pólvora tus puños sin miedo. Qué error es golpear con puños sin miedo la piel impenetrable de Luke pero al menos te pone a ti y a lo que te rodea en su sitio.

Necesitas un ancla o un punto de apoyo, necesitas un volver atrás para saltar adelante. Necesitas salir de las arenas movedizas en las que está tu vida y volver al camino que conoces. A la tierra que manejas y donde mejor pisan tus pies.

El perfuma a Milla agudiza el hambre de las hormigas-termina que bajan a tu estómago buscando algo que devorar. Te retuerces porque no ves salida, porque tener tu radar es como tener un tío en Graná, ¿de qué te sirve?

Necesita ponerte el guante que mejor calzas, el traje que te hiciste a medida para luchar contra las injusticias. Necesitas un puñetazo sin miedo en la mesa, necesitas el sabor amargo de tu propia sangre y no la de la gente que apaleas.

Necesitas un caso y volver a ser el abogado impecable e implacable que una vez fuiste. Y calzarte como un guante el traje a medida de abogado, y no el rojo, que tienes guardado en algún rincón de tu alma.

Sé tú y haz lo que mejor sabes hacer.

Sé Murdock.