jueves, agosto 30, 2007

La entrada más amarga.




Esto no es un cuento, ni un relato. Es la despedida amarga. De un amigo que ni conocía en persona pero que era un amigo. Amarga como la mirada del otro, que nunca ves pero que siempre quieres ver. El 11 de junio nos dejó Sebas, uno de los grandes del PAMMHG, al que perdíamos siempre en las caídas y siempre recuperábamos. Esta vez no, amigo, maldita sea, y no sabes cuánto lo siento. Nos dejaste el 11 de junio, pero me acabo de enterar y ha sido un jarro de agua fría. Mil jarros de agua fría. No me hago a la idea, amigo mío, todavía de tu pérdida, de que siempre vas a faltar, como la mirada del otro. Te echaré muchísimo de menos, amigo, aunque todavía no me haga a la idea de cuánto. No puedo entender que no estés, no puedo entender que faltes. Todavía no puedo entender la amarga soledad que nos espera sin ti. No puedo entender que siempre vayas a estar desconectado en mi messenger, el hilo que me unía contigo a falta de conocernos en persona, cuando siempre estabas conectado y hablando conmigo de muchas cosas (amigo, spidey ya no será lo mismo sin ti). No puedo entender que ya no estés cuando eras el que más estabas, no puedo entender que ya no estés porque siempre me decías que las cosas había que hacerlas hoy y no dejarlas para mañana. No puedo entender que ya no estés, ni lo macabro de la jugada de dados de la parca para elegirte.


Hasta siempre, Sebas, amigo mío. No sabes cuánto te echaré de menos, ni siquiera yo me hago a la idea.