martes, octubre 06, 2009

Spiderman, Tomo 25 Panini





Me dejé las uñas arañando y escarbando el pozo en el que te has metido, buscando el fin y el fondo, buscando la forma y el modo. Y no he encontrado ni fin ni fondo, ni forma ni modo. Sólo arena. Paja y arena, y mis uñas sangrando. (Es magia).

Me partí los dientes por seguir devorando, masticando y digeriendo tus aventuras, tu llamado nuevo status. Y no he encontrado nada, ni siquiera aventuras ni arañas radioactivas. Sólo unos dientes rotos y una mandíbula cansada de masticar. (Es magia).

Me quedé sin huellas dactilares por pasar tus páginas, mis yemas se desgastaron, se mancharon con tu tinta. No, no era tinta, era la savia de tus páginas sangrando. He pasado cientos de páginas en tu nuevo día y no he encontrado nada. Sólo unos dedos con la identidad borrada. (Es magia).

Ya se me han acabado las quejas, las amarguras, porque ya casi no siento nada y sólo cuando se valora algo es cuando se es capaz de sentir algo malo. Esto ya es ridículo. (Es magia).



Ya me he cansado de esquivar los golpes, de la mala suerte de los Parker y de que se me acabe la telaraña a mitad de camino. Ya no tengo ganas de zambullirme en el río Hudson, de rescatar imaginariamente a Gwen, de pasear en red y de incordiar al jovial Jameson. Ya no quiero ponerme la máscara para leer tus cómics y quitármela para reseñarte. Pero, ah, la magia hará que siga leyéndote, incluso reseñándote, pero ya no eres mi colega.

¿Es magia? Es pollas, Joe, es pollas.



... Y me quedé sin aliento (y sin uñas, sin dientes y sin identidad) cuando volví a verla y tú, cabrón, que ni la reconoces...

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