El mundo se agota y se derrumba, pero nadie se enamora, la lluvia es terrible, incesante y demasiado fría para unos cuerpos que han perdido la luz. El sol es un recuerdo lejano y borroso tras la barrera impenetrable de las más ácidas nubes. La esperanza es tenue, es una bala perdida que alguien disparó hace mucho tiempo sin mucho tino. La luz es tu mejor amigo muerto, lo más preciado que jamás nos ha sido arrebatado. El mundo huele a polvo y a ceniza, sabe a pólvora y a gasofa quemada tras lo poco que queda bajo las afiladas gotas de lluvia. Los hombres que habitan este mundo son sombras de una luz que ya no existe, de un sol expatriado a los abismos más oscuros. El mundo arde al cobijo del poco petróleo maldito que queda, se disparan los fanáticos y se polarizan los extremos, se caen a pedazos oscuros las mentes más brillantes. El mundo se agota y se derrumba sobre los hombros de un puñado de héroes que se agarran a un clavo que arde al rojo vivo. Se agarran a Kaín, el cazador de rayos, el portador la señal, el elegido por los dioses para devolver la luz y la maravillosa electricidad. El encargado de dibujar un Miguel Ángel tocando su dedo con el dedo eléctrico de Dios. El mundo se apoya sobre Cáncer, un guerrero que cree en Kaín y en la marca, que mientras viva Kaín viven la esperanza y el mundo, el mañana y la victoria.
El mundo se agota y se derrumba y queda en las manos de Kaín, que asume el reto de cazar rayos, vencer batallas y atrapar un suspiro de luz para dar un soplo de vida a este mundo polvoriento y acabado.
2 comentarios:
Joer tio que inspirador me dan ganas de dibujarlo otra vez :D
Una preciosa reseña para un precioso cómic. Muy recomendable para todos los amantes de este género.
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