sábado, octubre 17, 2009

Manuel Cuesta: La vida secreta de Peter Parker




Dijo Doc Brown (¿hace falta que diga de qué película hablo?) cuando construyó el DeLorean, allá por 1985, que ya que fabricaba una máquina del tiempo, ¿por qué no hacerlo con algo de estilo? Eligió el DeLorean porque aún no había salido el disco de Manuel Cuesta: La vida secreta de Peter Parker. De haberla construido en 2009 habría usado el CD del cantautor sevillano. Porque el disco de Cuesta ya trae un condensador de fluzo dentro, que te alimenta con 1,21 gigowatios de potencia con cada una de sus canciones y, mientras las escuchas, justo cuando tu corazón late a 140 km/h te trasportas al pasado o al futuro, viajas al punto de referencia que interpretas en cada canción, golpeando al calendario y al reloj, remontando las arenas movedizas de un reloj de arena que se empeña con terrible paciencia en enterrarnos. Viajas a Manhattan, a Queens, a Forest Hill, y asistes al primer beso y al primer encuentro entre Peter y MJ, y repites casi a la par que la pelirroja: “¿sabes, tigre? ¡Te acaba de tocar la lotería¬¬!”. Viajas al fatídico puente de Brooklyn donde, una vez más, intentas salvar a Gwen y una vez más no lo consigues. Viajas al pasado o al futuro porque la vida secreta de Peter Parker es tu vida secreta.
La vida secreta de Peter Parker no sólo es un cúmulo de canciones, acordes y voces. Es tu vida secreta y tu diario. Es tu manual de qué hacer cuando tu jefe despide a tu cordura. Es tu libro de instrucciones para encontrar la referencia, es el google maps que te dice dónde está la calle, cuál es el camino.
La vida secreta de Peter Parker es un alma perdida en un mundo de vivos, una gota de rocío en la inmensidad de un desierto. Es un susurro a tu espalda que te dice que no está todo perdido, que aún queda un poco de magia en este mundo lleno de trucos de conejos y chisteras, es poner las cosas en su sitio para plantarle cara al caos, es tumbarse bocarriba en la alameda de Sevilla y mirar las estrellas y verte reflejado en ellas. Es un faro nocturno con bombilla de repuesto. Es una primavera que nadie entiende, pero que no deja de florecer sobresalientes notas musicales.
La vida secreta de Peter Parker es un poema claustrofóbico de Azaústre atrapado en la pequeña distancia entre la punta de un lápiz y un folio en blanco y gritando por salir de ahí. La vida secreta de Peter Parker es un juego de espejos en el que ves reflejadas todas tus caras, las buenas y las malas, las brillantes y las oscuras. Es una forma de combatir la soledad más amarga, una llave a Nunca Jamás y el mejor arma del amo del calabozo. Es un pasadizo secreto al País de las Maravillas. Es el reloj escrupulosamente en hora del conejo que llega tarde. Es un trozo de tarta en la celebración de tu no cumpleaños. Es un camino de baldosas amarillas, es el valor del león cobarde.
La vida secreta de Peter Parker es el fino hilo que te une con el cometa Halley. Es una cometa que vuela por las nubes en las que tenemos la cabeza.
Quizá Manuel Cuesta no vive de la música, es más, me atrevería a decir que Manuel cuesta desvive de la música. Aunque escuchando este disco entiendes que vive por y para ella tanto como se desvive por y para ella.
Manuel nos deja este disco, que mata a las brujas malvadas y tiende una mano para intentar salvar de nuevo a Gwen y unos labios para besar una vez más a MJ.

2 comentarios:

flux dijo...

Prefiero que me besen a que me rescaten...

Birk dijo...

Yo te rescataría a besos...