Dexter, Final 4ª Temporada.
El pasado regresa desbocado como una manada de caballos locos. Te martillea en tu casa y en tu alma. Te arranca tu cuerpo y lo recompone como un macabro puzle de piezas irregulares. Tu pasado, que siempre vuelve con un machete entre los dientes, es una barra de bar cutre en la que estás solo, donde un camarero llamado Locura te sirve, uno tras otro, vasos de un whisky malo del que no consigues desengancharte.
El final de la cuarta temporada de Dexter es el legado lúgubre de Morgan. Es la herencia con código, login y contraseña de una forma de mirar en las luces y otra de actuar en las sobras. El pasado vuelve para quedarse, para repetirse con mortal eficacia.
El final de la cuarta temporada nos seduce con el enfrentamiento de dos asesinos en serie. Dos asesinos con máscara y con códigos. Con modos y modus. Con una reglas con guadaña limpias y certeras. Los dos estás alimentados por Locura, ese camarero que los harta de whisky. Trinity es el otro asesino, que es como los tres mosqueteros (¿pillas es símil?), que también está traumatizado y loco. Aunque loco no quiere decir no inteligente. No quiere decir no hábil y no eficaz. Y es el final de este choque en las alturas lo que sorprende, este final es el pasado que vuelve, el ciclo que retorna para no cerrarse jamás.
Un enfrentamiento donde quizá un asesino mate al otro. Pero también quizá otro nazca.
Hello, Dexter Morgan. Hello, Trinity. A alguien hay que decirle adiós. Y, quizá, a alguien más, hay que decirle hola.
1 comentario:
Yo no puedo con Dexter, y eso que todos los capítulos que he visto me han gustado, pero no despierta en mi ningún deseo de ver el siguiente.
Pasate a Doctor Who que es mucho más divertida jejeje
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