domingo, enero 15, 2006

Los regalos de la muerte (II)

Capítulo II: El hombre del piano

Iba dirigida como un proyectil hacia su cabeza, pero debía atraparla, de lo contrario estaba muerto, ya no podía cagarla más, debía volver a ser el mismo, el más grande. Unos milímetros más cerca de su testa, unas milésimas de segundo menos para reaccionar, y sus manos a millones de años luz de su cabeza, todo parecía tan imposible... Pero él era el hombre del piano, él era la distancia más corta entre dos puntos, él era...


... "Andréssssss, S-U M-A-J-E-S-T-A-DDDDD, Reyessss" gritó el speaker que el Real Madrid había contratado gracias a sus magistrales actuaciones a su llegada al equipo blanco.

... "Ha vuelto el más grande, el marqués del parqué, el hombre del piano; ha vuelto su majestad, Andrés, LA DISTANCIA MÁS CORTA ENTRE DOS PUNTOS, Reyesss". La voz del speaker, llena de desmesurado entusiasmo, bañaba el pabellón Vistalegre de Carabanchel, formando junto a los cánticos de los aficionados un himno ganador ya habitual en la cancha madridista.

Pero Andrés no oía nada, veía por fin que había vuelto y repasaba mentalmente lo que acababa de hacer; había recibido con reflejos felinos el mal balón que le había pasado su compañero Stojic y, sin mirar, había tirado a canasta desde la posición en la que estaba. Resultado: Triple.

- He vuelto, soy capaz de todo, estoy curado, ¡estoy curado! Ya no necesito más drogas, no tengo dependencia de nada, sólo de baloncesto. Ya pasaron los malísimos partidos míos, ya estoy en forma, ya las meto de nuevo... y sigo teniendo mi don. Y ahora, voy a robar el balón.


Carlos Marco, el base del equipo de Badalona, miraba frente a frente a Andrés, botaba lento, quería marcar él el ritmo, y quería que fuese despacio, quería llenar de cemento los pies de Andrés, el control era suyo, pero Andrés estaba...


...."eléctrico robo de balón de Reyes, cómo metió la mano, tan rápido que este chico algún día se nos transforma en energía..."


Andrés había conseguido hacerse con el balón de un limpio zarpazo.
- No va a ser el último - se dijo, elevando tímidamente la comisura de sus labios. Ahora yo tengo el balón.

Andrés se proponía a penetrar a canasta, su especialidad, y...


..."¡menudo canastónnnnn! Finta a uno, reverso por aquí, amago y ...¡canasta! Increíble, este cordobés es impresionante, le partiría la cintura a la mismísima murralla china y se iría de ella, le haría el reverso a la pamela más grande de Ascot. Andrés, marqués, califa, se me acaban los adjetivos contigo. Pero, ¿qué ocurre? Andrés está en el suelo y no se..."


...levanta. Andrés había tirado a canasta, consiguiéndola, pero se había llevado por delante a Scott, el pívot badalonés.
No se había resbalado, ni desmayado, había muerto porque el asesino le alcanzó en la cabeza de un disparo. El asesino mató a Andrés, pero éste, sin saberlo, le hizo mucho daño: Andrés, antes de morir, soltó una carcajada y le sobró aliento como para decir: "El hijo de puta del árbitro seguro que me pita falta en ataque". El asesino no lo oyó, pero la carcajada lo destrozó.

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